Permíteme que te diga que, sin ti, nada puede llegar por sí solo.
Se requiere de tu implicación en la consecucción de aquello que quieras conseguir.
Esto puede parecer obvio, pero muchas veces no somos conscientes de cómo nos relajamos al respecto.
Hay una parte que te corresponde hacer a ti, ¿la estás cumpliendo?
Tal vez te equivoques, puede que no vayas en la dirección correcta, o quizás estás desviando tu energía hacia donde no es.
Pero
si tú no pones de tu parte
te aseguro que la frase «Todo llega», de nada te sirve.
Si te paras a esperar a que algo pase en tu vida, a que mágicamente aparezca la solución o a que algo o alguien te diga con certeza lo que tienes que hacer, estás paralizado.
Tu Verdad está dentro de ti, también el camino que has de recorrer. Y tú lo sientes.
No serás tú mismo hasta que no comiences a recorrerlo, por miedo que te de.
Si estás paralizado, no pueden venir a tu mente los recursos o las ideas que harán que ese «todo llega» sea real en tu vida.
No te digo que te fuerces. Tal vez la fuerza de voluntad no es lo idóneo por sí sola. Debe de ir acompañada de una fuerte intención, de un «saber» que, ocurra lo que ocurra,
tú estás poniendo de tu parte.
Porque sin tu parte, nada llega.
Con Amor,
Luz Ros
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