24. Gratitud vs. Queja

En el ring de la vida hoy se enfrentan

LA GRATITUD

 frente a

la queja.

(lo siento, no puedo escribir «la queja» más pequeñita, y es que ¡no le voy a hacer ni caso!)

Jjjj…

¡TAN!        ¡Tan, tan, tan!     //

Tan, tan, tan  //

Tan, tan, Tannnn…

Jjjj

¿Quién ganará?

¿No es obvio?

¿Que aún no lo sabes?

Síííí… sí lo sabes.

Pues bien, este es el resultado:

Aplastante victoria de LA GRATITUD

frente a la queja.

Se dice que adquirir un nuevo hábito requiere de 20 días para su implementación. Lo he probado. A veces funciona y otras no. Dicen, por otros lados, que se trata de voluntad. Y, sí, a veces tenemos mucha, pero no acabamos por hacer lo que nos habíamos propuesto.

Y es que opino que, de estas formas, tratamos de dirigir nuestra mente; pero ella, ya sabes, va por donde quiere.

También te sugerí una forma en el artículo… 16. Oh! Happy day ¿recuerdas? Antes de dormir, pensar y agradecer 3 cosas buenas del día. ¿Lo haces?

Todo ello es muy básico.

Sin embargo, sentir gratitud va más allá de todo esto. Y, fíjate en la palabra Sentir. Cuando sientes gratitud cambias tu mundo. No es una frase hecha, de verdad.

Cuando sientes gratitud cambias tu mundo. Tu mundo cambia.

 

En el tipo de vida actual que llevamos no disponemos de apenas tiempo para nada. Vamos corriendo. Haciendo mil cosas. Pensando millones. Y sintiendo… algún momento de felicidad. Y, las más de las veces, insatisfacción.

Es difícil disponer de tiempo para centrarnos en nosotros mismos. Y, aunque lo tengamos, incluso lo rehuímos, rellenando el tiempo con otra cosa, por miedo a lo que nos podamos encontrar, ¿verdad?

«Fuerza, alegría de vivir, energía, belleza: todo eso está a nuestro alcance -en cualquier situación- si nos enfocamos adecuadamente, con decisión.

La terapia cognitiva nos enseña a no quejarnos jamás. Las personas más fuertes y felices desconocen el lamento porque creen honestamente que no hay nada tan malo que pueda impedirles ser felices». Rafael Santandreu. Ser feliz en Alaska.

¿Comenzamos?

Para iniciarte en la gratitud, dentro de lo que yo denomino Atención Contínua, puedes comenzar por los tiempos de espera.

A lo largo del día, tenemos muchos tiempos de espera. Piensa en ello y verás cuántos:

en la cola para pagar, esperando en el médico, en un atasco, esperando el metro, en el metro mismo, esperando a un amigo, esperando la próxima cita, el próximo cliente, esperando a la comida… (no me apetece poner más ejemplos, busca en tu día tus momentos de espera).

Una vez pensados, cuando se te presente en la realidad un momento de espera, vas a recordar que debías hacer algo con él ( y no es ponerte al móvil!!).

√ Si quieres estar bien (¿y quién no quiere estar bien?) aplica la Atención Contínua  a todo lo que pienses, hagas o sientas, siempre que puedas, en función de cada circunstancia. #MAdeLuz.

Aprovecha los tiempos de espera, aprovecha ese instante entre quehacer y quehacer, aprovecha cuando te tumbas en el sofá, aprovecha mientras comes, aprovecha antes de dormir… (al final, te he dado más ejemplos. Jjj. Y ¿qué no te voy a dar?)

En esos tiempos de espera, céntrate en ti. No en analizarte ni criticarte (cuidado con eso, la crítica hacia ti mismo también es queja, ya hablaremos de eso…)

Dedica esos momentos de espera en intentar saber cómo te sientes, si te estás sintiendo bien o mal.

Si te sientes mal, no te ofusques y escarbes en el pensamiento (probablemente acabarías quejándote de otra persona o de la situación). Escapa. Y «busca» los momentos en los que te has sentido bien. Atrápalos. Es el instante perfecto para agradecerlos. Cuando te sientes mal, por contraste, verás lo bueno del momento bueno. Ahí. Ahora es cuando más puedes agradecerlo. La diferencia es aplastante. Quieres más de esos momentos buenos en los que te sientes bien. Agradécelos.

Y, si te sientes bien, ¡genial! Disfrútalo, pero  no dejes de agradecerlo. Siéntelo.

Y ya está, el tiempo de espera ya ha finalizado, pero tú lo has aprovechado para agradecer.

Has hecho algo muy importante. Quizás aún no lo consideres así. Continúa. No se te olvide. Tu vida, tu mundo, va a cambiar. Aunque… solo estás cambiando tú.

Te voy a adelantar que, aprovechando los tiempos de espera, estarás haciendo mucho más que «solo» agradecer y, por supuesto, no desperdiciándolos en quejarte, que seguramente es lo que ESTABAS acostumbrado a hacer.

Te animo a poner en práctica (una y otra vez) este pequeño paso, porque estoy convencida de que te irá aportando día a día una tranquilidad a la que no estás acostumbrado. Y esos pequeños tiempos de espera, se van a convertir en grandes momentos. Lo que parecía tiempo perdido entre mil cosas que hacer, es el más provechoso y eficiente del día, ya verás.

Y también has visto cómo no te propongo que fijes un determinado momento del día para dedicarlo a agradecer, cómo soy consciente de nuestras limitaciones y de nuestra vida, en general.

¡¡¡Te estoy regalando tiempo!!!

Regálate tranquilidad y bienestar al permitirte agradecer todo lo bueno que tienes en tu vida.

Recuerda, si quieres estar bien…

¿Quién no quiere estar bien?????

 

P.D:    Y… ¿a quién agradecer? Bien, ya sabes que decir gracias, en este contexto, no es una fórmula de cortesía o de educación. Así que da las gracias, sin más.  El a quién o a qué no tiene importancia. Lo importante es aprender el sentimiento de gratitud. El poder del agradecimiento siempre va a recabar en ti.

∞ Mariposa… Tus alas parecen frágiles en la batalla de la vida, pero ¡Tú vuelas!

 

♥ Con cariño,

 

Imagen: Google. Cita: Louise Hay. Edición: Luz R.
Música: Eye of de tiger. Survivor. Rocky.

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