Hola
Hoy la música está al final, porque te la dedico y quiero que la escuches.
Si te das cuenta, en todos los artículos te propongo herramientas nuevas o recursos internos que puedes utilizar para elevar tu estado de satisfacción o tu actitud y transformar tu vida en algo mucho más significativo, más real, más consciente. Porque eso es lo que pretendo.
Pretendo que tú, por ti mismo, te des cuenta de cómo piensas y, por lo tanto, como actúas; y, paralelamente, qué emociones te llevan y qué sentimientos se generan en ti al interactuar con el mundo y pasar tus vivencias por el filtro mental.
Muchos de esos recursos los he aprendido en libros o cursos y, sobre todo, por mi propia experiencia. Pero debo advertirte que algunos los he creado yo y no dudo de su efectividad. De todas formas, tú mismo te has dado cuenta de cuáles funcionan mejor contigo y muchos hasta te habrán pasado desapercibidos. Busca, investiga, lee, escucha audios, mira vídeos… lo que se te ocurra. Encuentra tus propios recursos.
Algo que suelo hacer (y ya conoces esta frase mía) es darle la vuelta a la tortilla. A veces, aprendo algo, pero le doy la vuelta, siempre en positivo… por ejemplo: las neuronas espejo. Siempre (o, al menos lo que yo sé) plantean los entendidos que si ves algo negativo en la otra persona es algo que debes mejorar en ti. Le di la vuelta, lo que ves positivo en la otra persona, está en ti; lo ves porque tú también lo tienes.
O cuando te sugerí que ocuparas tus momentos de espera en agradecer, te regalé tiempo, y un tiempo que además sueles (o solías?) utilizar en machacarte con todo lo malo. Esta idea me vino al leer a Tolle que invierte los momentos de espera en sentir el cuerpo. No dudo que sea importante, que lo es, pero le doy mucho más valor a agradecer.
Y así, bastantes más.
Lo que pretendo decirte es que, con un poco de atención, puedes transformar muchas cosas en positivo y encontrar los recursos que te vengan mejor. Tan solo debes poner la intención de hacerlo.
Pero si de algo debe servir este blog que semana a semana lees, me gustaría que fuera que no te quedes con lo que tengas, que no vivas día tras día sin sacar todo el jugo que puedas a la vida, que no dejes de intentar ser mejor y de mejorar tu vida, que cada vez, poquito a poquito, te sorprendas de cómo si te prestas un poco de atención, si «trabajas» en ti, comienzas a ver las cosas de distinta manera, que cada vez tienes más momentos de satisfacción, más momentos de tranquilidad, más momentos dichosos y, además ¡te das cuenta de ellos!; y que, aunque suceden cosas que no se entienden, aunque tu vida sea dificultosa, aunque siempre haya problemas que solucionar… no pasa nada, si crees en ti. ¿Crees en ti?.
No me respondas tan rápido. Yo sé que no. O no del todo. Y lo sé porque si creyeras del todo en ti, probablemente no estarías leyendo esto. ¿Dónde estarías? Solo tú puedes saberlo. Empieza a imaginarlo. Porque lo que llegues a imaginar te marca lo que puedes conseguir. Que si luego no lo consigues… ¡tampoco pasa nada! ¿Te imaginas el camino que habrás emprendido para llegar a eso que imaginas que puedes ser? Wow! ¿te imaginas los retos que superías, los aprendizajes que emprenderías, las personas con las que contactarías, las cosas nuevas que harías, lo que crecerías, lo que conseguirías…?
¿Y si dejamos de ponerlo en condicional? ¿Y si lo ponemos en futuro, desde el presente?
Habrá que empezar a plantearse esto. Habrá que empezar a imaginar, pensar, soñar, visualizar, sentir, desear (pon la palabra que quieras) lo que quieres conseguir, lo que quieres ser, quién quieres ser. Cuando lo hagas, no dudes NO DUDES de que si lo puedes pensar o imaginar es que puedes conseguirlo. Que si está en ti, está en ti. (Para cada uno de nosotros, hay algo distinto). No conviene tomar a broma o tontería lo que hay dentro de uno. Es conveniente empezar a tomárselo en serio. No hacerlo conlleva una vida de insatisfacción, y así se sienten ya demasiadas personas: insatisfechas, ¿verdad? Es una verdadera pena y yo no quiero eso para ti.
Yo quiero ver todo tu potencial,
quiero ver cómo revoloteas y cómo llegas a volar.
Quiero que saques lo que yo veo en ti. Lo que tienes que dejar atrás, lo que te tienes que perdonar, lo que tienes que mejorar y lo que tienes que potenciar. Eso que tienes que potenciar eres TÚ. «Eso» es tu verdadera, digamos, esencia. Es lo que estás destinado a ser.
Yo sí creo en ti. Veo tus miedos, veo cómo sufres sin necesidad, veo cómo quieres avanzar y luego te paras. Pero también veo de lo que eres capaz, siento todo lo que vas a llegar a ser, si te lo permites. Y, cuando lo seas, cuando seas quien eres de verdad, vamos a alucinar todos contigo. Y tu satisfacción o sentimiento de felicidad nos va a contagiar a todos. Y, entonces, casi sin darnos cuenta, algún día nos percataremos de que el efecto mariposa realmente se ha producido. De que tú, sin apenas saberlo, estás dando mucho al mundo porque sintiéndote tú bien has hecho bien a todo tu alrededor.
¿Te imaginas ahí? Yo creo que ya has empezado, creo que estás en el camino y que algún día lo veremos. De alguna manera, estés donde estés, todos los demás sentiremos que has volado y eso nos ayudará a volar a nosotros también ( o a volar más alto, jjj).
Busca tus recursos, relee los artículos para ver qué ha cambiado o cómo los ves ahora y, sobre todo… sigue contigo.
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Yo estaré acompañándote.
∞ Mariposa… para volar tienes que creer en ti.
Y creer en ti es algo mucho más profundo que unas simples palabras.
Con cariño,
Mariposa Azul de Luz
Imagen: Google. Texto y edición: Luz R. Música: No dejes de soñar. Manuel Carrasco.
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