¿Qué eres?
Eres un sentir, pero no eres sentimiento.
Eres una emoción desapasionada.
Eres pura mente más allá de ella.
Eres… no, no eres cuerpo, pero lo usas para tu experiencia.
Eres todo, y te siento nada.
Definirte es salir de aquí, sin definición.
Eres nada calma y, sin embargo, Todo.
Tranquilidad nunca experimentada, porque realmente no lo es, aquí.
Te reconozco. Y te gusta.
Te reconozco. Eres pícaro, insensible, soberbio y no te importa nada.
Pero eso es lo que «veo» desde aquí. Sólo son palabras de aquí.
Sé que eres mucho más. De hecho, el todo que forma parte del todo.
Desde allí, ¿qué importancia tiene para ti un mísero segundo?
Ninguna. Y ahora lo entiendo. Aunque entender tampoco es palabra.
La vida. Un instante. Desde ahí, se entiende.
Y, ¿ahora qué?
Porque te recuerdo que yo sigo aquí.
Ese yo que yo creía tan grande… y que no soy.
Aunque ahora sea nada, y sea todo.
Y cada momento es Bello porque Es.
Todo es conciencia. Todo.
Mente, cuerpo, emociones, sentimientos y hasta ser, ese ser pequeño, eso denominado alma.
Solo conciencia.
Solo.
Más allá y siendo todo estás tú.
Espectador de algo irreal, de un sueño, de un segundo, de una vida.
¿Qué quieres vivir?
¿Qué quiero vivir?
Porque todo es conciencia, irreal, pero conciencia.
Y, al reconocerte, forma parte de ti ahora, aunque no sea ni por asomo tú.
Andaré tu camino,
porque forma parte de ti ahora o,
más bien, porque ahora soy tú y tu experiencia.
No voy a pedir disculpas por este extraño artículo.
Tampoco voy a explicar lo que no tiene palabras.
Quiero y siento hacer esto. Y, desde ahí, decirlo.
Y decirte a ti, corazón:
No busques, solo encuéntrate.
Allí nos «veremos».
∞
Mariposa Azul de Luz
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