Aquí estamos tú y yo de vuelta.
Y esperas ver lo que te cuento hoy.
Y recuerdas, más o menos, que dije que iba a traerte algo importante.
Tranquilo. Lee despacio.
Aquí estamos tú y yo de vuelta.
Y esperas ver lo que te cuento hoy.
Y recuerdas, más o menos, que dije que iba a traerte algo importante.
Tranquilo. Lee despacio.
¿Conoces la ley de Pareto? ¡Seguro que sí! La del 80/20, aplicable a todo.
La ley de Pareto, también conocida como la regla del 80/20, establece que, de forma general y para un amplio número de fenómenos, aproximadamente el 80% de las consecuencias proviene del 20% de las causas.
Y yo, como siempre, aplico lo que aprendo, sea de tipo empresarial, financiero, de marketing, artístico… y hasta estadístico, ¿a qué? pues a lo que más nos importa: Nuestra vida. Nuestra felicidad.
Y lo comparto contigo, por si te sirve.
Bien, pues hoy te digo que solo el 20% de las cosas que haces contribuyen a tu felicidad. ¡Solo el 20%!!! Y, según qué casos, aún me parece un tanto por cien elevado.
El 80% de las cosas que haces… ¿para qué sirven? Sin duda hay cosas que hacer que son obligatorias, compromisos que cumplir, tareas que realizar…
Un 80% muy costoso en nuestro día a día
Pero
Buscando la definición de ego, para situarte en el artículo, me pierdo por internet, porque nadie parece ponerse de acuerdo en su definición.
Pero te puedo decir como introducción que el ego se aleja de la sencillez y se caracteriza por la complicación.
Según el ego, tu identidad depende de lo que los demás piensen de ti, es la culpa, la exigencia, el perfeccionismo, la necesidad de ganar o tener razón, la avaricia, la ambición desmedida… y, sobre todo, nos confunde y nos aleja de nuestro interior.