A veces, nos aferramos a ideas fijas, inamovibles. A patrones, hábitos, pensamientos o creencias sobre alguna cosa. Incluso a ideas fijas sobre nosotros mismos: «Yo soy así». «Así hago las cosas».
Nos aferramos a conceptos fijos como si los pegáramos con pegamento.
Es comprensible. Establecer patrones o actitudes nos hace sentirnos seguros y con confianza.
Pero ¿sabes? La vida es cambiante. ¿No te habías dado cuenta? Cuando todo parece ir bien, algo pasa, y se vuelve a trastocar. Cuando todo parece ir mal, llega un momento en el que se despeja. Todo gira, todo da la vuelta, todo cambia. La vida es un cambio constante.
De hecho, hasta tú cambias. Hoy no eres el mismo que ayer. No. Estás condicionado por tus días precedentes, pero no eres ya el mismo. Es un nuevo día y eres un nuevo tú.
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