Si algo nos enseña la muerte es que, en este precioso momento, estás viviendo.
¿Sabes lo que es sentirte dichoso por vivir?
¿Sabes que cuando te das cuenta en este justo momento de que existes, eres todo y no importa nada más?
Partiendo de aquí, puedes construir tu vida.
Porque ahí está el último y primer sentido de la vida, y el único necesario, en verdad. Ser. Estar. Vivir. Existir.
No hablo de cuando experimentas una gran alegría o esos momentos memorables guardados en tu memoria. Hablo de un momento cualquiera, común y corriente, como este mismo de ahora, justo ahora, que estás leyendo esto. Siente dicha por ser, por estar, por existir, por vivir. ¿Qué es más importante que eso? ¿Qué hay más si no hubiera eso? No habría nada sin eso.
No hay momento más sublime que cada momento en el que te das cuenta de que estás “siendo”.
Estás viviendo. A cada momento. ¿No es maravilloso? Podrás decirme que no, que hay momentos que son todo, menos maravillosos. Pero… ¿qué serían si no fueras, si tú no estuvieras en esos momentos? No serían nada, no existirían. Así pues, el que tú seas, estés y existas es el quid de todo. Y lo contrario de nada.
Por eso, cuando “te” sientes, eres todo.
Y eso, puedes sentirlo a cada momento.
Puedes sentir cómo la sangre corre por tus venas, cómo late tu corazón, cómo ves, hueles, tocas, oyes, percibes… es tu vida en una continua vida efervescente, en un entramado viviente, en un estado de vida.
Sin sentir eso, no habría vida. No existiría vida para ti. Por eso, todo lo demás deja de ser importante. Sin ti, no hay vida; por lo tanto, no hay nada. En conclusión: nada es importante, solo tú y sentirte vivo.
Sentir que estás viviendo en cualquier momento cotidiano, te hace relativizar todo y, además, ver todo de otra manera… la gente que tienes a tu alrededor, los sonidos que escuchas, las cosas que ves… todo lo que experimentas forma parte de tu vida, partiendo de ti y para ti, a cada momento.
¿Puedes entender con apertura mental lo que implica esto? Puedes alcanzar a experimentarlo, dado que existes. Es lo único que necesitas para experimentar la vida. Ser. Estar.
Los colores, las luces, las formas, los relieves, las texturas… todo está para ti, y Es porque tú eres.
Primero, descubre, en este momento, que Eres y siente la dicha de ser.
Luego, mira, siente, observa, respira… a tu alrededor. Es como verlo todo de nuevo.
Lo conoces, sabes lo que es, la experiencia pasada te recuerda y dice qué es cada cosa, pero tú lo percibes distinto.
Mantente en el momento. Estás volviendo a descubrir el mundo. Estás viendo la vida. La verdadera vida.
Observa a las personas a tu alrededor, o a las cosas, están siendo a la vez que tú, ¿lo notas?, ¿lo sientes? Todo, está siendo junto contigo. A la vez, en este momento.
Todo está siendo porque Es, todo está ocurriendo a la vez. Las personas son, las cosas están, tú eres y estás, en este mágico momento. Existen. Son. Y están. Y eso es maravilloso. Porque eso es todo.
Es así de sencillo. Eres. Estás. Si no fueras, no estarías. Todo a tu alrededor está, luego es. Si no fuera, no existiría.
La muerte te enseña la vida, porque lo que no es no puede ser. ¡Pero lo que es, Es! Y tú estás siendo.
Muérete y, ¿qué eres? Nada.
Vive y, ¿qué eres? Todo.
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